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Los cirujanos plásticos del Hospital de Guadalajara han logrado que 340 mujeres se vean mejor tras una mastectomí­a
Los cirujanos plásticos del Hospital de Guadalajara han logrado que 340 mujeres se vean mejor tras una mastectomí­a
Se realizan 50 reconstrucciones mamarias anuales desde 2009, año en el que comenzó a ofrecerse esta posibilidad a las mujeres que tení­an que someterse a una extirpación de mama, fundamental para la recuperación del equilibrio fí­sico y psicológico de la mujer.
14-10-2016

La sección de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitario de Guadalajara ha realizado 340 reconstrucciones mamarias desde que en el año 2009 comenzara a ofrecerse esta posibilidad a las mujeres que tenían que someterse a una mastectomía.
 
Estas reconstrucciones se llevaron a cabo fundamentalmente con técnica DIEP y de manera inmediata a la extirpación de la mama. Según el jefe de la sección de Cirugía Plástica, Emilio García Tutor, aunque la realización simultánea de extirpación y reconstrucción “tiene una complicación añadida porque exige la coordinación de dos equipos quirúrgicos”, supone para la paciente una mejor recuperación psicológica, ya que “no llega a verse amputada” y favorece la forma en que reciben sus tratamientos, además de evitar “pasar dos veces por quirófano, con sus correspondientes bajas médicas y reingresos”.
 
DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator o Reconstrucción con colgajo) es la técnica más novedosa de reconstrucción mamaria, y en ella se emplea exclusivamente piel y grasa del abdomen, sin destruir músculo ni recurrir a materiales extraños para el cuerpo, como son los implantes mamarios. Se trata de crear un nuevo pecho lo más parecido posible a una mama natural, y es el método más recomendado por los oncólogos.
 
Para ello, se trasplanta grasa y piel del abdomen de la paciente a la mama, junto con los vasos que la irrigan, que se unen a una arteria y una vena mediante microcirugía para que tenga vascularización propia.
 
Esto permite remodelar una nueva mama que será muy parecida a la natural, con un color y tacto muy similares, de manera que se logra un resultado más satisfactorio y ello contribuye a recuperar el equilibrio físico y psíquico tras la mastectomía.
 
“Se trata de tejido vivo y evoluciona del mismo modo que la mama natural”, explica Emilio García Tutor, de modo que “si la paciente engorda o adelgaza también lo hace el volumen de la mama, que tiene una caída, tacto y consistencia prácticamente idéntica”.
 
Esta técnica, aparte de las ventajas estéticas que conlleva, resulta menos dolorosa, se evitan hernias y el uso de mallas sintéticas para reforzar la pared abdominal. Asimismo, la recuperación es mejor y más rápida y se evitan futuras reintervenciones así como el riesgo de rechazos, ya que el tejido pertenece a la propia paciente.
 
El Hospital Universitario de Guadalajara es centro de referencia en cuanto a este tipo de cirugía y recibe pacientes procedentes de toda la región. El equipo, compuesto por Emilio García Tutor, Gema Bustos, Miren Olaizola y Diego Navea, realiza cada año alrededor de 50 cirugías reparadoras de mama. Este tipo de intervención se ofrece siempre que haya que realizar una mastectomía, y se hace en todos los casos salvo que la paciente lo decline.
 
El cáncer de mama es el tipo de tumor más habitual entre las mujeres, y su tratamiento conlleva en muchos casos la pérdida de la mama. La reconstrucción mamaria va más allá de devolver la salud: es fundamental para la normalidad y el equilibrio psicológico de las mujeres que se someten a una mastectomía.

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