La Unidad de Endoscopias del Servicio de Medicina Digestiva y la Unidad de Coloproctología del Servicio de Cirugía General del Hospital General Universitario de Elche han participado en un estudio europeo sobre el tratamiento del cáncer colorrectal obstruido.
A nivel mundial, el cáncer colorrectal representa casi un 10% del total de cánceres diagnosticados. En Europa y para el conjunto de ambos sexos, es el segundo cáncer más frecuente después del cáncer de mama, siendo en nuestro país la primera causa. En España se estima que diagnostican 40.000 nuevos casos al año, debutando alrededor de un 20% como una obstrucción intestinal.
La investigación se ha centrado en pacientes que llegan a urgencias por una obstrucción intestinal por un cáncer de colon. Habitualmente a este tipo de pacientes se les realiza cirugía clásica de urgencias para solucionar la obstrucción. En esta cirugía se le efectuaba al paciente una colostomía, es decir, la comunicación del intestino a través de la pared abdominal con el exterior mediante un dispositivo o bolsa de recolección.
En ese sentido, el estudio comparaba esa intervención con una cirugía alternativa consistente en la colocación de un stent que solucionara la obstrucción intestinal urgente y programar una cirugía la semana siguiente cuando se había resuelto el cuadro de obstrucción.
Tal y como explica el doctor Antonio Arroyo, Jefe del Servicio de Cirugía General "clásicamente el tratamiento del cáncer colorrectal obstruido obligaba a operar al paciente de urgencias no siendo las condiciones del paciente las mejores, lo cual condicionaba la realización de una colostomía -conocido coloquialmente como bolsita. La colocación de este stent nos permite diferir la cirugía unos días cuando el paciente está preparado siendo posible la intervención en mejores condiciones evitando así la colostomía. Además permite que esta intervención sea realizada por los profesionales que se dedican específicamente al tratamiento de esta patología lo que permite mejores resultados".
Por su parte, el doctor Sola-Vera, de la Unidad de Endoscopia del Servicio de Medicina Digestiva, mantiene que "el procedimiento para la colocación del stent se realiza en la propia Unidad de Endoscopia. Al paciente se le realiza una colonoscopia bajo sedación (gracias a la colaboración del Servicio de Anestesiología) y bajo control radioscopico y endoscópico se coloca el stent en la zona del cáncer. El stent es una malla metálica que se expande abriendo la luz de la zona obstruida permitiendo que el paciente pueda recuperar el tránsito intestinal hasta que se realice la cirugía".
Los resultados de este estudio han demostrado que la colocación del stent y posterior cirugía se puede realizar con seguridad, no empeora los resultados oncológicos, ni tiene más complicaciones permitiendo realizar una cirugía definitiva sin la necesidad de colostomía ni posteriores cirugías para cerrar esa colostomía.
Estos resultados son fruto de una investigación de ocho años en diversos hospitales europeos y han sido publicados recientemente en la revista Surgical Endoscopy, una de las más importantes en su ámbito a nivel mundial.